Las cadenas siguen bajando los precios para mantener los clientes
La guerra abierta entre las cadenas de distribución alimentaria para no perder clientes con la crisis se recrudece y las ofertas alcanzan extremos hasta ahora nunca vistos en los lineales de venta. Algunas firmas recurren sin reparos a la publicidad comparativa para demostrar que su cesta de la compra es más barata. Y la agresiva apuesta por las marcas blancas en productos básicos como el aceite o la leche ha contribuido a reducir los precios que perciben los productores en origen hasta el punto de que las cadenas han recibido un toque de atención del Gobierno central. El resultado está a la vista: tres por el precio de dos, descuentos del 40% por la compra de tres unidades, rebajas del 40% en alimentos de primera necesidad. E incluso del 70% en segundos productos.
El Observatorio de Precios del tercer trimestre del año refleja la tendencia a la baja de la cesta estándar de alimentación. En las cadenas de ámbito nacional tan solo Eroski Center incrementó precios un 1,7%. Sabeco fue la que realizó el mayor descenso (3%), seguida de Alcampo (2,6%), Carrefour Express (1,9%), Hipercor (1,7%), y Maxi Día (1,5%). Esta última sería la que representó el mayor porcentaje de ahorro en la cesta económica de alimentación envasada, el 40%, respecto al carro estándar.
La respuesta en Galicia
Las cadenas gallegas de distribución están movilizándose en esta guerra para no perder clientes. En Gadis, la firma líder en la comunidad, explican que ofrecen hasta 20.000 referencias «de la máxima calidad y a los mejores precios». «Esto lo confirman la OCU y el Ministerio de Industria», aseguran. Y añaden: «Ahora tenemos una amplia variedad de promociones: más de 300 productos cada quincena, ofertas de tres por dos, segunda unidad con 70% de rebaja, así como la posibilidad de participar en sorteos y promociones, como vales de compra, 75.000 euros para la hipoteca o 30.000 en tarjetas de crédito».
La otra cadena gallega, Froiz, admite que aplica también una agresiva política para captar clientes a través del precio. A diferencia de la estrategia marcada por otras grandes compañías de la distribución, en la firma gallega creen que es «necesario tener en el lineal un amplio surtido de marcas líderes, más de 12.000 referencias, pero siempre a precios competitivos». Froiz ha impulsado también su propia marca y la enseña Alteza, «para que el usuario tenga todas las opciones».
En este contexto, según sostienen las cadenas, la clave reside en que los ciudadanos puedan hacer una compra lo más ajustada posible a sus bolsillos, contraídos por la crisis, máxime en una comunidad autónoma en donde los sueldos figuran en el furgón de cola del país. Mercadona, Lidl y El Cortes Inglés han lanzado nuevas estrategias comerciales y los principales operadores de hipermercados, Carrefour, Alcampo y Eroski, prosiguen la pugna por liderar la oferta, tanto en sus productos de marca propia como en los de otros fabricantes.
Estrategias
Carmen Fernández, delegada de Mercadona en Galicia, explica que están «revisando las 9.000 referencias del surtido» para «apretar el cinturón y repercutirlo en los precios». Hay crisis, hay menor consumo, luego se hace preciso competir con bajadas de precios. Con esta máxima, la cadena valenciana realiza ajustes casi milimétricos. «Para contribuir al ahorro de nuestros clientes nos dimos cuenta de que podíamos economizar a su vez 200.000 euros al año en nuestra crema dental si no usábamos la cajita», advierte Fernández, que también se detiene en el ahorro que supondrá, «1.400.000 euros», que desaparezca el satinado de los briks de la leche, la reducción de los 115 refrescos de zumo disponibles o las distintas opciones a la hora de elegir melocotones en almíbar.
Hace ya más de un año, Constan Dacosta, presidente de Eroski, alertó sobre las consecuencias de una hipotética guerra de precios sin cuartel. Y advirtió de que, al final, con la reducción de márgenes, todos saldrían perdiendo. Eroski, en contra del criterio expuesto por su cabeza más visible, ha tenido que entrar de lleno en la batalla.
Sin tregua
«Una cosa es lo que nosotros pensamos y otra bien distinta lo que la realidad te obliga a hacer; si todos centran la actividad en el precio no te puedes quedar fuera, de lo contrario el riesgo de ceder cuota de mercado es enorme», explican desde la compañía vasca, a la espera ahora de que Competencia dé el visto bueno a la compra de Caprabo.
En Alcampo la barra de pan más barata cuesta 0,30 euros, y en Mercadona, 0,40. «Nosotros no hemos cambiado de estrategia ni de política comercial, que es la misma que cuando comenzamos, y ofrecemos los precios más bajos de la zona desde hace diez años», asegura una portavoz de Alcampo. La introducción de productos de mercados locales -en Galicia compra a proveedores gallegos-, el «adaptarse» a la zona y, por ejemplo, vender «callos si es zona de callos», así como los márgenes de que dispone cada establecimiento para jugar con los precios constituyen uno de los reclamos de Alcampo. Los expertos dicen que la guerra está servida mientras la crisis afecte al consumo privado.
Máis
El Observatorio de Precios del tercer trimestre del año refleja la tendencia a la baja de la cesta estándar de alimentación. En las cadenas de ámbito nacional tan solo Eroski Center incrementó precios un 1,7%. Sabeco fue la que realizó el mayor descenso (3%), seguida de Alcampo (2,6%), Carrefour Express (1,9%), Hipercor (1,7%), y Maxi Día (1,5%). Esta última sería la que representó el mayor porcentaje de ahorro en la cesta económica de alimentación envasada, el 40%, respecto al carro estándar.
La respuesta en Galicia
Las cadenas gallegas de distribución están movilizándose en esta guerra para no perder clientes. En Gadis, la firma líder en la comunidad, explican que ofrecen hasta 20.000 referencias «de la máxima calidad y a los mejores precios». «Esto lo confirman la OCU y el Ministerio de Industria», aseguran. Y añaden: «Ahora tenemos una amplia variedad de promociones: más de 300 productos cada quincena, ofertas de tres por dos, segunda unidad con 70% de rebaja, así como la posibilidad de participar en sorteos y promociones, como vales de compra, 75.000 euros para la hipoteca o 30.000 en tarjetas de crédito».
La otra cadena gallega, Froiz, admite que aplica también una agresiva política para captar clientes a través del precio. A diferencia de la estrategia marcada por otras grandes compañías de la distribución, en la firma gallega creen que es «necesario tener en el lineal un amplio surtido de marcas líderes, más de 12.000 referencias, pero siempre a precios competitivos». Froiz ha impulsado también su propia marca y la enseña Alteza, «para que el usuario tenga todas las opciones».
En este contexto, según sostienen las cadenas, la clave reside en que los ciudadanos puedan hacer una compra lo más ajustada posible a sus bolsillos, contraídos por la crisis, máxime en una comunidad autónoma en donde los sueldos figuran en el furgón de cola del país. Mercadona, Lidl y El Cortes Inglés han lanzado nuevas estrategias comerciales y los principales operadores de hipermercados, Carrefour, Alcampo y Eroski, prosiguen la pugna por liderar la oferta, tanto en sus productos de marca propia como en los de otros fabricantes.
Estrategias
Carmen Fernández, delegada de Mercadona en Galicia, explica que están «revisando las 9.000 referencias del surtido» para «apretar el cinturón y repercutirlo en los precios». Hay crisis, hay menor consumo, luego se hace preciso competir con bajadas de precios. Con esta máxima, la cadena valenciana realiza ajustes casi milimétricos. «Para contribuir al ahorro de nuestros clientes nos dimos cuenta de que podíamos economizar a su vez 200.000 euros al año en nuestra crema dental si no usábamos la cajita», advierte Fernández, que también se detiene en el ahorro que supondrá, «1.400.000 euros», que desaparezca el satinado de los briks de la leche, la reducción de los 115 refrescos de zumo disponibles o las distintas opciones a la hora de elegir melocotones en almíbar.
Hace ya más de un año, Constan Dacosta, presidente de Eroski, alertó sobre las consecuencias de una hipotética guerra de precios sin cuartel. Y advirtió de que, al final, con la reducción de márgenes, todos saldrían perdiendo. Eroski, en contra del criterio expuesto por su cabeza más visible, ha tenido que entrar de lleno en la batalla.
Sin tregua
«Una cosa es lo que nosotros pensamos y otra bien distinta lo que la realidad te obliga a hacer; si todos centran la actividad en el precio no te puedes quedar fuera, de lo contrario el riesgo de ceder cuota de mercado es enorme», explican desde la compañía vasca, a la espera ahora de que Competencia dé el visto bueno a la compra de Caprabo.
En Alcampo la barra de pan más barata cuesta 0,30 euros, y en Mercadona, 0,40. «Nosotros no hemos cambiado de estrategia ni de política comercial, que es la misma que cuando comenzamos, y ofrecemos los precios más bajos de la zona desde hace diez años», asegura una portavoz de Alcampo. La introducción de productos de mercados locales -en Galicia compra a proveedores gallegos-, el «adaptarse» a la zona y, por ejemplo, vender «callos si es zona de callos», así como los márgenes de que dispone cada establecimiento para jugar con los precios constituyen uno de los reclamos de Alcampo. Los expertos dicen que la guerra está servida mientras la crisis afecte al consumo privado.
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