Agentes de la Comisión Nacional de la Competencia visitaron ayer las sedes de las principales cementeras españolas para investigar presuntos acuerdos entre ellas con la intención de pactar precios y repartirse el mercado en el territorio español.
Las inspecciones suponen un paso preliminar en el proceso de investigación de la supuesta conducta anticompetitiva. En caso de acreditarse las sospechas de esta práctica de cartel se procedería a la incoación formal de un expediente.
La infracción analizada está considerada como muy grave en la Ley de Defensa de la Competencia y podría acarrear una multa de hasta el 10% del volumen de negocio total de las empresas infractoras. El sector cementero factura del orden de 4.000 millones de euros al año, por lo que la sanción podría ascender hasta los 400 millones de euros, algo más de 66.000 millones de las antiguas pesetas.
Aunque no han trascendido las empresas investigadas, todo apunta a que los cuatro primeros operadores del sector están en el punto de mira del organismo que preside Luis Berenguer. El mercado cementero está dominado en España por Cemex, Cementos Portland Valderrivas, Holcim, Larfarge Asland y la gallega Corporación Noroeste, integrada en el grupo luso Cimpor. Juntas, estas cuatro firmas representan cerca del 70% del volumen de negocio. Otras 18 firmas completan la cuota restante del 30% de las toneladas comercializadas en el país.
El cemento movió en el año 2006 cerca de 3.700 millones de euros, una cifra que se elevó hasta los 4.500 en el ejercicio del 2007 y que se redujo hasta los 4.000 millones en el 2008, coincidiendo con la crisis del sector del ladrillo.
Afectados por la crisis
De acuerdo con los últimos datos registrados por la patronal Oficemen, el consumo de cemento en España ha descendido un 44,8% durante el primer cuatrimestre de este año, hasta los 9,2 millones de toneladas. En los últimos doce meses, la caída ronda el 35%.
El actual escenario de crisis ha provocado el cese de la actividad en varias plantas y ha desacelerado la producción en un 42,5% entre los meses de enero y abril (cuando se fabricaron en total 9,2 millones de toneladas). El ajuste de producción de las plantas ha hecho que el mercado internacional se vea igualmente afectado. De hecho, las importaciones de cemento entre enero y abril caen un 71,8% con relación al mismo período del año anterior, aunque todavía representan un 13% del consumo total.
La investigación preliminar abierta por la Comisión Nacional de la Competencia afecta también a los subsectores del hormigón, mortero y áridos. La Asociación Nacional Española de Fabricantes de Hormigón Preparado (Anefhop) admitió el pasado abril una caída del 30% sobre el año anterior.
En el caso de la única cementera gallega, Corporación Noroeste, su cifra de negocio el pasado ejercicio ascendió a 359 millones de euros, lo que significó una caída del 22,5% respecto a los datos del 2007. El grupo nació en la provincia de Lugo en los cincuenta, bajo la denominación de Cementos del Noroeste. En 1968 amplió su negocio con nuevas unidades de producción en Vigo, León, A Coruña y Lugo. En el año 1992 fue adquirida por la portuguesa Cimpor y comenzó su expansión en España.
En 1993 constituyó la sociedad Morteros del Noroeste y ubicó en Arteixo (A Coruña) su primera planta de mortero seco. Además de las fábricas de cemento de Toral de los Vados (León) y Oural (Lugo), el grupo dispone en Galicia de una molienda en Narón, seis almacenes de distribución de cemento, 41 centrales de hormigón, 12 canteras de áridos y dos fábricas de mortero seco. Emplea en España a más de mil trabajadores en cinco comunidades autónomas, y está integrada entre los cuatro principales grupos nacionales del sector.
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