¿Se acabó la producción en masa?
La automoción ha dejado de ser una gigantesca máquina de hacer coches. Se veía venir, pero la crisis de consumo, que ha hundido las ventas, no ha hecho más que acelerar el declive de un sistema de fabricación agotado.
Las ayudas a la compra han incentivado el mercado, pero son incapaces de evitar que el almacenamiento de vehículos sin comprador siga creciendo por todo el mundo. El presidente del grupo francés PSA Peugeot Citroën reconoció hace unos días, en la presentación del Peugeot 5008, que el grupo ha conseguido rebajar en un 36% la cifra de coches en stock . Hace un año tenía 628.000 unidades inmovilizadas por falta de mercado, ahora tiene 400.000.
La ecuación parece sencilla, según Alfons Cornella, fundador y presidente de Infonomía. «En realidad, la fabricación en masa ha llegado a su fin y la automoción no puede corregir más su eficiencia. Hay hiperproducción porque se genera más de lo que se consume», explica el experto, que descarta la utilidad de las medidas proteccionistas sobre el sector. «El ejemplo a seguir no es el de GM, intervenido hasta tal punto que más bien debería llamarse Government Motors. La clave está en el cliente», asegura Cornella, que recurre a Internet para explicar hacia dónde se dirige el sector de la automoción. «¿Qué haría Google con GM?, Pues darle la palabra al consumidor, que sea él el que decida qué coche quiere comprar», Asegura el consultor.
Francisco Anguera, presidente del Clúster de Empresas de Automoción de Galicia (Ceaga) no llega hasta el extremo que propone Cornella, pero reconoce que se está fraguando un cambio en la demanda que, a la fuerza, tendrá que condicionar el sistema de fabricación. «Vamos hacia la producción de coches con muchas variantes obre un mismo modelo», afirma. Cómo puede afectar esta evolución a la actual industria gallega. Anguera descarta que el nuevo escenario implique cierres de fábricas. «No se trata de reducir empleos, de lo que se trata es de flexibilizar el tejido productivo», afirma el presidente de Ceaga.
Pedro Nueno, catedrático del IESE, experto en automoción se limita a dar un par de datos que ilustran la situación del sector. «Europa Occidental, Europa del Este, Rusia y Turquía suman 159 plantas de montaje de automóviles. De estas, 14 están en la península Ibérica, 11 en España y 3 en Portugal», dice. A esta sobrecapacidad de producción, Nueno añade algún que otro inconveniente más: «La industria del automóvil tiene mucha rigidez. Si un modelo no tiene éxito no se puede improvisar otro y la planta que lo ha recibido sufrirá una disminución del volumen de producción y deberá tener la flexibilidad necesaria durante quizás un período de años, hasta que se le pueda asignar otro», afirma.
Este sería el modelo actual, pero el futuro va por otros derroteros. «El sistema de producción de coches está agotado», afirmó en una conferencia pronunciada en Vigo el profesor del Illinois Institute of Technology de Chicago Praveen Gupta. El experto, asesor de Toyota, sostiene que «las macrofábricas no tienen futuro» y vaticina que «lo que se va a imponer en el sector es un sistema de simplificación y eficiencia de la producción, con la ventaja de que el resultado es un producto personalizado».
Vaticinio acertado
Tras escuchar a estos expertos, es de justicia recordar el vaticinio hecho hace un año en Vigo por Masaaki Imai, máximo referente del Kaizen (sistema de mejora continua que ha estado aplicando Toyota en los últimos 20 años). «Basarse en las ventas es el gran error de las compañías, los fabricantes jamás reconocen que su sistema de producción está enfermo. Intentan buscar soluciones inmediatas y lo que tienen que cambiar es la estructura», dijo entonces el bien llamado gurú.
La Voz de Galicia (01/11/09)
Las ayudas a la compra han incentivado el mercado, pero son incapaces de evitar que el almacenamiento de vehículos sin comprador siga creciendo por todo el mundo. El presidente del grupo francés PSA Peugeot Citroën reconoció hace unos días, en la presentación del Peugeot 5008, que el grupo ha conseguido rebajar en un 36% la cifra de coches en stock . Hace un año tenía 628.000 unidades inmovilizadas por falta de mercado, ahora tiene 400.000.
La ecuación parece sencilla, según Alfons Cornella, fundador y presidente de Infonomía. «En realidad, la fabricación en masa ha llegado a su fin y la automoción no puede corregir más su eficiencia. Hay hiperproducción porque se genera más de lo que se consume», explica el experto, que descarta la utilidad de las medidas proteccionistas sobre el sector. «El ejemplo a seguir no es el de GM, intervenido hasta tal punto que más bien debería llamarse Government Motors. La clave está en el cliente», asegura Cornella, que recurre a Internet para explicar hacia dónde se dirige el sector de la automoción. «¿Qué haría Google con GM?, Pues darle la palabra al consumidor, que sea él el que decida qué coche quiere comprar», Asegura el consultor.
Francisco Anguera, presidente del Clúster de Empresas de Automoción de Galicia (Ceaga) no llega hasta el extremo que propone Cornella, pero reconoce que se está fraguando un cambio en la demanda que, a la fuerza, tendrá que condicionar el sistema de fabricación. «Vamos hacia la producción de coches con muchas variantes obre un mismo modelo», afirma. Cómo puede afectar esta evolución a la actual industria gallega. Anguera descarta que el nuevo escenario implique cierres de fábricas. «No se trata de reducir empleos, de lo que se trata es de flexibilizar el tejido productivo», afirma el presidente de Ceaga.
Pedro Nueno, catedrático del IESE, experto en automoción se limita a dar un par de datos que ilustran la situación del sector. «Europa Occidental, Europa del Este, Rusia y Turquía suman 159 plantas de montaje de automóviles. De estas, 14 están en la península Ibérica, 11 en España y 3 en Portugal», dice. A esta sobrecapacidad de producción, Nueno añade algún que otro inconveniente más: «La industria del automóvil tiene mucha rigidez. Si un modelo no tiene éxito no se puede improvisar otro y la planta que lo ha recibido sufrirá una disminución del volumen de producción y deberá tener la flexibilidad necesaria durante quizás un período de años, hasta que se le pueda asignar otro», afirma.
Este sería el modelo actual, pero el futuro va por otros derroteros. «El sistema de producción de coches está agotado», afirmó en una conferencia pronunciada en Vigo el profesor del Illinois Institute of Technology de Chicago Praveen Gupta. El experto, asesor de Toyota, sostiene que «las macrofábricas no tienen futuro» y vaticina que «lo que se va a imponer en el sector es un sistema de simplificación y eficiencia de la producción, con la ventaja de que el resultado es un producto personalizado».
Vaticinio acertado
Tras escuchar a estos expertos, es de justicia recordar el vaticinio hecho hace un año en Vigo por Masaaki Imai, máximo referente del Kaizen (sistema de mejora continua que ha estado aplicando Toyota en los últimos 20 años). «Basarse en las ventas es el gran error de las compañías, los fabricantes jamás reconocen que su sistema de producción está enfermo. Intentan buscar soluciones inmediatas y lo que tienen que cambiar es la estructura», dijo entonces el bien llamado gurú.
La Voz de Galicia (01/11/09)
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