Temas de Produción en Galicia

TERCEIRA ÉPOCA

30 octubre 2009

Tengo miedo

Manuel Lago
Economista de CC.OO. de Galicia

Por mi trabajo como economista sindical llevo 25 años analizando la situación de la economía de Galicia, la evolución del mundo del trabajo y la marcha de las empresas. Y en esos 25 años no he visto nunca una situación tan difícil y tan compleja como la que estamos sufriendo en la actualidad.
Es cierto que desde 1984 la economía, las empresas y los trabajadores han sufrido muchas situaciones de crisis, pero o bien fueron episodios de corta duración como la recesión de 1992/93 o se trataba de crisis localizadas en determinados territorios o sectores de actividad.
La crisis actual es diferente porque afecta al conjunto del país y al conjunto de sectores productivos. Cada día entran en los sindicatos y en los registros de la actividad laboral muchos expedientes de regulación de empleo, en cualquier territorio o rama de actividad. De Vigo a A Coruña pasando por Barbanza, el Deza o Valdeorras y Quiroga. Del metal, de la madera, lácteas, pizarreras, astilleros, empresas de la hostelería, de la cerámica, del textil y la conserva. Por no hablar de la construcción.
La mayoría son expedientes de regulación temporal, porque esta es la segunda fase del ajuste laboral. La primera fue la no renovación de contratos de los trabajadores temporales, que se hizo con gran intensidad al final del 2008 y el comienzo del 2009, provocando un brutal incremento del paro.
Ahora la crisis ya afecta al núcleo central de las empresas, que responden con la regulación temporal de sus plantillas. Pero esto no es, obviamente, una solución, es solo ganar tiempo esperando que se produzca la reactivación de la economía, esto es, de la demanda y la producción.
Sin embargo esta fase de regulación temporal tiene un tiempo limitado, porque se agotan los derechos de los trabajadores y porque las empresas entran en situación de pérdidas. Si antes de un año no se produce esta reactivación de la demanda, las empresas pretenderán cambiar las regulaciones temporales por los expedientes de extinción de contratos de los trabajadores fijos.
Ante esta dramática situación de muchísimas empresas grandes y pequeñas, la CEOE solo habla de abaratar el despido, el Gobierno central carece del impulso suficiente y la Xunta de Galicia se dedica a la política de gestos demagógicos sin absolutamente ningún plan ni iniciativa para relanzar la economía gallega.
Y sin embargo no hay motivos para la resignación. En la economía gallega, en sus empresas que son líderes en muchos sectores de la actividad, existen suficientes fortalezas para salir de esta situación. Por ello es cada vez más urgente un gran acuerdo, en Galicia y en España, que implique a los Gobiernos y a la sociedad civil con el objetivo de impulsar la economía, el crecimiento y el empleo.

La Voz de Galicia (30/10/9)

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